Hace unos cuantos meses en una reunión escuché una frase que es muy frecuente, y que entra en la categoría de lo que he dado en llamar para este espacio, basura en colores. La cosa es así, alguien estaba hablando a un grupo de personas con el ánimo de ayudarlas a trabajar mejor en equipo y deslizó esta hermosa frase:
“Si hay un problema, no hay que buscar al culpable, hay que buscar la solución”
La idea atrás de esta frase es muy sencilla: parecer cool. O sea, yo soy un capo porque cuando hay un problema me preocupo solo en la solución, porque es lo único que importa. Y esta frase es buenísima y muy correcta, si somos el equipo más cortoplacista de la historia de la humanidad. Si lo único que nos preocupa es hoy, mañana y un par de días más, si el único problema importante es el que tenemos ahora, y no todos los que están por venir. Por si no quedó claro, el contexto está muy relacionado al trabajo en equipo, digo, situaciones como las siguientes:
- Varias personas administran un servidor y este un día está mal configurado.
- Varias personas trabajan en el armado de un informe y este resultó tener datos incorrectos.
- Varias personas están armando un producto pero en su versión final este salió fallado.
Cuando algo falla, alguien se equivocó. No me jodan con que se equivocó todo el equipo, obvio que sí, pero el equipo son un montón de personas trabajando que se equivocan. Cuando a un equipo de fútbol le hacen un gol, seguro que hay errores conjuntos, pero seguro se puede analizar ese “error de equipo” como una sumatoria de “errores individuales”: un defensor que no siguió una marca, un arquero que no salió correctamente, un volante que no relevó, o lo que fuera, o todos ellos juntos.
O sea, en el trabajo en equipo, suelen detectarse errores y, en esta filosofía contemporánea, parece ser que para ser un buen jefe no hay que señalar al culpable, solo buscar la solución. Parece ser que decirle a alguien que se equivocó es irrelevante, lo único importante es que se arregle, ¿qué importa quién se equivocó? Sí, suena hermoso, pero dejenme avanzar un poco, es en realidad una porquería.